La música es el mejor de los consuelos aunque sólo sea porque no genera nuevas palabras. Aún cuando acompaña palabras, su magia prevalece y neutraliza el peligro que éstas conllevan. No obstante, el estado más puro de la música se manifiesta al resonar sola. Creemos en ella porque lo que afirma atañe a los sentimientos. Su fluir es más libre que cualquier logro humanamente posible y es en esa libertad donde encontramos la salvación. Cuanto más se pueble la tierra y cuanto más mecánico se torne nuestro modo de vida, más indispensable será la música. Llegará un tiempo en que sólo por medio de ella podremos escapar de la tupida red tejida por las funciones. Convertir la música en una poderosa e intacta reserva de libertad debe convertirse en la principal misión de la futura vida intelectual. Ella es la auténtica historia viva de la humanidad y sin su presencia tan solo nos quedarán pedazos muertos de nuestro pasado.

Elias Canetti

1942, Die Provinz des Menschen