jueves, 2 de abril de 2009

FIN DE LA PARTIDA




Ésta... esta podría ser una carta de despedida.









Me he ido con mis mejores indumentarias... son solo el eco de mi vanidad. Esta es una carta de trágica resignación. Mis naipes han caído fulminados, full de ases para el Destino. Estampo el puro contra el viejo cenicero; lo hago con algo de rudeza, no siempre sé controlarme. Ya se sabe... a Uno nunca le gusta que las cosas salgan justo al contrario de como él esperaba (es decir, acorde a sus conspirativos intereses).






Me remango el poncho raído, recojo mi sombrero de copa y me levanto de la mesa. Aun quedan muchos cartuchos bajo este esclavo de su sueño. Cartuchos de esperanza, de fe en mi mismo, cartuchos bañados en la locura que necesito para seguir en este camino de olas e incertidumbre.






La sala es lúgubre y la penumbra se ha tornado en oscuridad total. El suelo es vacío. Ya no importa la puerta por la que llegué hasta aquí... ahora solo tengo que ser yo mismo hasta que una nueva puerta se habra hacia otra dimensión, otro oceano, otra avenida, o, simplemente, otro antro de partidas inmundas. El hijo del Don plectró el último acorde de Bruccia la Luna... ya estoy encontrando otro cartucho en este viejo celta...




Suena: For a few dollars


Honoré de Balzac: Detrás de cada fortuna hay un crimen.
Posdata: El error fue mio y sólo mio.
Best Whishes.

3 comentarios:

  1. tío, no eres deleznable. alguien hizo trampas al repartir las cartas. en los casinos despiden a la gente por esas cosas. chívate! pero... ¿a quién? :S

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  2. ser tu...
    qué asi encantas!


    Unbeso.
    /te sigo.

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