Atención

con la perla que intercepté el otro día en la sección futbolera de cierto diario que no voy desvelar para evitar críticas (No es Intereconomía pero le andaba cerca). Estaba yo aburrido en el Villanubla Airport a día 6 de Julio, dos días antes del encuentro de la roja con los teutones, cuando de pronto leo...

Las vísperas de la semifinal están marcadas por un ambiente caballeresco. Muy distinto al que Alemania respiró cuando la capacidad de Maradona de ensuciarlo todo y de procurarse enemigos contra los cuales existir arrastró la retórica a un registro de malevos porturarios sin redención borgiana. España y Alemania se elgogian mutuamente, reconocen dada una en la otra a un rival admirable , casi con la galanura de aquellos aviadores que aterrizaban solo para darle digna sepultura al contrincante recién abatido.


Olé.