¿Por qué lo que escribimos para nosotros siempre es mejor que lo que escribimos para los demás?-- Preguntó F. no sin cierta retórica, mientras le acercaba la vieja máquina de escribir.
Venga, sientate... -- prosiguió mientras le indicaba su asiento, justo enfrente de donde se estaba sentando él, al otro lado del escritorio abarrotado de libros.
Y se puso a escribir:
Adelante-- le dijo.
--¿Adelante qué? -- Le preguntó J.
-- Escribe -- Le contestó F. sin parar de teclear.
-- ¿Qué, qué hace? -- Volvió a preguntar J.
-- Escribo, que es lo que harás tú cuando golpees esas teclas.
--Ah... -- acertó a decir J, bajando la mirada hacia el teclado.
Los segundos transcurrieron al compás del ruidito de la máquina de escribir F. percutida por él mismo.
--¿Algún problema? -- Preguntó F.
-- No, estoy pensando. --
-- No, no se piensa.Eso viene luego.
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--.--Escribe tu primer borrador con el corazón.
Y reescríbelo con la cabeza.
-- La primera clave de la escritura es... escribir, no pensar.
Cuando empieces a sentir tus propias palabras, teclea y no pares.
¡¡Por el amor de Dios, golpea las teclas!!.
ME MUEVO A TUMBLR
Hace 9 años
Mentira.
ResponderEliminarTopicazo.
Lo siento Nacho, pero no estoy de acuerdo con nada en absoluto. Me suena terriblemente a "Descubriendo a Forrester". Primero se piensa, luego ya se verá si se escibe y cómo. Pero la clave es pensar.