viernes, 30 de enero de 2009

Aquarium by Saint-Säens

INSTRUCCIONES: Darle a Play y ponerte a leer.
Recuerdo... recuerdo que era temprano. Recuerdo a un montón de compañeros sentaditos todos en sillas verdes en el aula más polvorienta y peor orientada de todo el centro. Éramos la clase B de la generación del 90 del más o menos ilustre colegio Francisco de Vitoria, con... 6 o 7 añitos... recuerdo que hasta el zócalo de las paredes era más alto que nosotros y que en invierno eramos como pingüínos con bufandas... el caso es...
Aquella sucia habitación se va aclarando a medida que escribo ¿saben?. Se me viene a la cabeza... los xilófonos y metalófonos del fondo del aula... los armarios amarillos... y... todas esas sillas verdes amontonadas de forma caótica... . El profesor Gaspar, que aún hoy me reconoce y saluda por la calle, nos disponía a todos sentaditos en corro, nos hacía cantar ... una canción de la clave de sol que venía en el libro de texto (que se me viene a la cabeza montando un patinete y con una gorra en una ilustración del mismo).
Acostumbraba yo a "dirigir" la orquesta animado por mi tio Antonio escuchando obras como " Eine kleine Nachtmusik" o la Flauta Mágica en las tardes de Monterrubio y no pude reprimirme en las clases del señor Gaspar, del cual no llego a recordar si entendió muy bien que, después de años y años dedicándose a eso surgiera inusitadamente un mocoso que trataba de dirigir, lapiz en mano, las audiciones de obras musicales que ponía en clase (y por lo que tanto se mofó de mi el resto del alumnado.).
Pero sí que recuerdo perfectamente que había una obra que no tutelaba con el lapicero. Era una obra que me sobrecogía y me intrigaba, me conmovía y despertaba en mí una profunda sensación de solemnidad. En mi mente infantil me preguntaba qué eran todos aquellos sonidos que, mediante una diabólica combinación, recreaban aquella enigmática melodía.
Pues bien, no fue hasta 10 años después, cuando un servidor, poniendo en orden ciertas cosas de su vida, decidió darle caza a aquella melodía que había estado resonando en su cabeza durante toda una década (con alguna que otra temporada de interrupción) aprovechando todos los conocimientos musicales que había adquirido en todo ese tiempo. Y... tras mucho pelear y rebuscar en distintos compositores, bandas sonoras, obras magistrales... fui a dar con quien menos hubiera pensado...
...Camille Saint-Säens, y su expléndida obra, El Carnaval de los Animales... obra que me tenía yo bien trillada, al ser un clásico universal rebosante de técnica pianística.
Y hoy, mientras esperaba con Marther a que empezase la película de Die Walkürer, apareció este trailer... .Y me recordó que, aunque me había reencontrado con la dichosa obra, había estado olvidando la solemnidad y el respeto que su caracter enigmático me confieren.
Enjoy it.

2 comentarios:

Censuras: